¿Habana Norte o Cayos de la Florida?

Los Cayos de la Florida alguna vez fueron denominados Mártires o Habana Norte, uno de los episodios poco conocidos de los inicios de los vínculos del sudeste de Estados Unidos y Cuba.

 “Muy Poderoso Señor:

Las islas de Yucayo y de Ahite, caen a un lado de la canal de Bahama, y no hay indios, y está entre La Habana y la Florida, aunque hay otras islas más cerca de tierra firme que corren de Poniente a Oriente, que se dicen «Los Mártires». Dícense «Los Mártires» porque han padecido muchos hombres, y también porque hay unas peñas salidas debajo de la mar, que dende lejos parecen hombres que están padeciendo; y en estas islas hay indios grandes de cuerpo, y las mujeres muy dispuestas y de buen rostro.”

Si bien Hernando de Escalante Fontaneda advierte que la nota antrior firmada por “Muñoz” está hecha por “hombre que no conocía el arte de escribir, y así quedan muchos períodos sin sentido” la descripción no deja de ser pintoresca y elocuente.

Se trata de los hoy conocidos como los Cayos de la Florida, bautizados por Juan Ponce de León como Mártires y protagonistas de un curioso capítulo de los vínculos entre Cuba y el sudeste del actual Estados Unidos.

Según la detallada descripción del profesor Charles W. Arnade , cuando la bandera española fue arriada en la Florida en 1763 y ese territorio se convirtió en británico, el proceso de entrega dio lugar a un episodio diplomático con el comandante británico del este de la Florida, Francis Ogilvie.

De acuerdo con Arnade, cuando el último contingente español dejó la Florida el 21 de enero de 1764, siete oficiales, una mujer y un traductor, permanecieron allí para tomar custodia de las propiedades españolas sin vender.

Cambio de banderas

El 7 de mayo de 1764 un representante español identificado como Juan Joseph Elixio de la Puente, nacido en Florida y por ello muy buen conocedor de la región, regresó a St. Augustine para negociar un acuerdo definitivo sobre esas propiedades.

Cuando concurrió a presentarse al gobernador Ogilvie, este le preguntó si había llegado desde La Habana vía Los Cayos (Keys).

En un informe posterior a La Habana, Elixio expone: Le contesté sin demora, diciendo que no conocía que eran Los Cayos, pues nunca había escuchado mención de ellos y ni siquiera imaginaba que existían, a pesar de ser nativo del país y estar bien enterado de la jurisdicción del territorio.

Arnade estima que, naturalmente Elixio estaba mintiendo, pues el mismo probablemente era una de las personas más conocedoras de ese territorio.

Ogilvie, sorprendido, le informó que Los Cayos estaban ubicado entre la isla de Cuba y el sudeste de la península de la Florida en las costas orientales del Canal de Bahamas.

Creyendo que tenía al británico en su trampa, Elixio le contestó entonces que sí había escuchado de esos cayos (keys), ¿Quién no?, pero su nombre era el de Mártires o Norte de Habana y pertenecían y siempre habían pertenecido a la Capitanía General de Cuba.

El español lamentó que el gobernador británico estuviese tan mal informado y pensara que los cayos eran parte de la Florida, cuando en realidad pertenecían a Cuba, y como bajo el tratado de paz de 1763 la isla fue reconocida como territorio español, Mártires o Habana Norte pertenecían incuestionablemente a España.

Sin embargo, Arnade precisa que en la colección de fotocopias del Archivo de las Indias de Sevilla, España, en poder de la Universidad de Florida, no existe un documento conclusivo sobre la atribuída pertenencia de los Cayos a la Capitanía General de Cuba.

Tratado de París

De cualquier modo, parece que el argumento del negociador español tenía pocas probabilidades de progresar.

El artículo 20 del Tratado de París del 10 de febrero de 1783 cede a su majestad Británica sobre la Florida, con su fuerte de St. Augustine y la bahía de Pensacola y todo lo que España posee en el continente de América del Norte al este o sudeste del río Mississippi.

La maniobra de Elixio, que Arnade considera pudo ser una instrucción superior aunque no existe documento que lo compruebe, resultó inútil para detener la ocupación de un territorio al cual en realidad los españoles le habían dedicado pocos esfuerzos de colonización.

La crónica de Arnade indica que los Cayos permanecieron a merced de las tribus calusa y tequestas, piratas, bucaneros, cazadores y sobrevivientes de los numerosos naufragios del canal.

Investigadores como John M. Goggin consideran que los indios de los Cayos llegaron a esa zona para escapar de los ataques de los creeks y luego los remanentes de esas tribus fueron llevadas a La Habana por los españoles, cuando estos partieron.

Según Elixio a fines de 1761 los indígenas de la Florida que se habían asentado en Cayo Hueso perseguidos por los uchizes (como denominó a los creek) comenzaron a escapar a La Habana.

Los cayos británicos

Arnade afirma que en Sevilla existe un informe de misioneros que visitaron Los Cayos el 28 de septiembre de 1743 fechado en La Habana y como está dirigido al gobernador de Cuba y no al de Florida lleva a suponer que efectivamente estaban bajo jurisdicción de las autoridades de la isla.

Pero esto tampoco es concluyente pues el documento se titula “Testimonio… acerca de … los indios de los Cayos de la Florida”

Tras la escaramuza diplomática que Elixio zanjó explicando a Ogilvie que su presencia obedecía a solucionar el problema de las propiedad españolas y no el tema de los Cayos, las autoridades británicas procedieron a asegurar el control de ese territorio.

Pese a otros intentos posteriores de reclamación los Cayos pasaron a ser los Keys y sobre ellos se consolidó el dominio británico.

Sin embargo, la relación con Cuba continuó de forma más o menos subrepticia, sobre todo en lo referente a Cayo Hueso, un territorio que ante la poca atención de los británicos continuó siendo utilizado por pescadores cubanos y de otras islas caribeñas.

En 1821 el criollo cubano Juan Pablo Salas vendió por 2,000 pesos la propiedad del cayo, que había recibido de la Corona española en 1815, primero a una persona de nombre George Murray y luego al negociante norteamericano John W. Simonton.

Maraña legal en los cayos

Este último dividió la propiedad en cuatro partes y vendió tres de ellas a John Whitehead, John Fleeming and Pardon Greene -los cuatro con calles con su nombre en el actual Cayo Hueso.

Para complicar las cosas, Salas también había vendido la propiedad a un abogado de nombre John Strong, quien a su vez la  vendió dos veces, una al general John Geddes, ex gobernador de Carolina del Sur, y la otra a George Murray.

La maraña legal fue resuelta finalmente por el Congreso de Estados Unidos en 1928, que confirmó finalmente como propietario a Simonton, de quien se dice que tenía buenas amistades en Washington.

La disputa sobre la  jurisdicción Cayo Hueso quedó resuelta el 25 de marzo de 1822, cuando la Marina de Guerra de Estados Unidos desembarcó y le dio el nombre de Thompson´s Island, en honor al entonces secretario de Marina.

Actualmente, aunque sigue siendo denominada Cayo Hueso, posee el nombre oficial de Key West y muy pocos recuerdan la antigua denominación de Mártires o Norte de Habana (North Havana), parte de los inicios de su curiosa vinculación con Cuba, que tuvo después varios episodios más.

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