El hacha caribeña de la Florida y los «balseros» cubanos

Una enigmática hacha de características caribeñas hallada en Gainesville, Florida, es una de las pocas evidencias de posibles contactos prehispánicos entre el Caribe y los pobladores de la Florida.

Hacha de Gainesville
Actualmente el hacha objeto de este estudio se encuentra en el Florida Museum of Natural History de Gainesville

La hipótesis de estos encuentros tiene insuficientes elementos arqueológicos que la respalden, pero quizás ello se deba a que quienes buscan esas pruebas lo hayan estado haciendo mayormente en el lugar equivocado.

Al menos así piensa el antropólogo estadounidense Ryan Seidemann, luego de revisar y ampliar estudios de la corriente de la Florida.


De acuerdo con sus investigaciones es poco probable que, debido a la intensidad y dirección de la corriente, los lucayos-taínos de Bahamas hubieran podido cruzar en canoas hacia el sudeste de lo que es hoy Estados Unidos en un ángulo de 90 grados o cerca de esa trayectoria.


“Este hecho por sí solo descarta gran parte del sur de la Florida como posible lugar de aterrizaje», afirma Seidemann en su obra The Bahamian Problem in Florida Archaeology: Oceanographic Perspectives on the Issue of Pre-Columbian Contact.

Al respecto, el invedtigador estima probable que si tal contacto ocurrió proveniente del Caribe, la corriente marina habría empujado a los lucayos más al norte y sugiere que los posibles puntos de desembarco comenzarían en el área de Melbourne/Cabo Cañaveral.

Aunque el investigador descarta la existencia de asentamientos de indígenas caribeños en territorio norteamericano, considera posible los contactos esporádicos e incluso algún tipo de comercio.

Curiosamente, en la región estimada por Seidemann como inicio de los posibles puntos de aterrizaje se encontró uno de los pocos artefactos utilizados para defender la idea de los contactos tempranos: un hacha con características caribeñas hallada en el norte de la Florida.

El hacha del lago

El hacha encontrada a flor de tierra en 1948 por un habitante de la ciudad de Gainesville fue reseñada por los arqueólogos John Gogging e Irving Rouse en su obra The West Indian Ax of Florida.

Los investigadores indicaron que el hacha de piedra del tipo caribeño, incluida en la colección del Museo Estatal de Florida (cat. no. 3535) constituye un espécimen de sumo valor para responder la incógnita sobre las relaciones Florida-Antillas, por lo cual propuso el estudio en detalle de esa pieza.

La información del Florida State Museum reseñada por Gogging y Rouse indica que el hacha fue recibida en 1914 de A. W. Sargent, un ciudadano de Gainesville, quien la halló en la superficie cerca del lago Newnan, condado de Alachua, unas cinco millas al este de la ciudad.

El artefacto estaba acompañado de la base de una punta de lanza, una punta de flecha y fragmentos de cerámica del tipo St. Johns Check Stamped (cat. nos. 3536-3538).

El material de la pieza es una roca ígnea pesada, una dolerita olivina de gravedad específica 3,03″, no suficiente para determinar su proveniencia, según Gogging y Rouse, quienes aseguran, sin embargo, que el artefacto “es indio antillano, sin duda alguna”.

De acuerdo con los expertos es un hacha del tipo «oreja» (“eared type”), característico de las islas y diferente a las del continente norteamericano, aunque formas algo similares son comunes en el Noreste de Sudamérica.

Hechos relativamente recientes y actuales, respaldan la tesis de Seidemann.

Las balsas del faro Ponce de León


En el museo del faro Ponce de León, en la Florida, al sur de Daytona y al norte de Cabo Cañaveral, pueden verse embarcaciones rústicas fabricadas por inmigrantes cubanos que recalaron en las costas  del condado de Volusia, a más de 500 millas de Cuba.


Son embarcaciones de los llamados «balseros» cubanos que presuntamente quedaron a la deriva y fueron llevadas por la corriente más al norte.

Se supone que recorriron una trayectoria similar a la que Seydeman considera pudieron seguir los navegantes de las islas del Caribe antes de la llegada de Colón.

Sin quererlo, los «balseros» cubanos que se lanzan al mar con el propósito de llegar a las costas de Estados Unidos,  pudieran estar indicando el lugar donde habría que enfocar la búsqueda de los encuentros prehispánicos entre las islas y el continente… si es que los hubo.

Vídeo relacionado:

En este video puede darse un vistazo a las balsas o embarcacionesw rústicas empleadas por los balseros cubanos que recalaron en las costas de Estados Unidos a más de 500 millas de Cuba.

Otras hachas en el Caribe

Las hachas con “orejas” han sido halladas en todas las Antillas Mayores hasta Cuba en una cantidad no tan grande para establecer que fueron hechas allí, ni tan pequeña como para pensar que llegaron gracias al comercio, según Goggin y Rouse.

Sorprendentemente para los investigadores han sido encontradas en sitios aruhacos y asentamientos de los siboneyes, quienes se supone les precedieron en las Antillas Mayores y que sobrevivieron paralelamente a los nuevos pobladores solo en algunos lugares.

Evidencias sobre la antigüedad de las hachas con orejas fueron obtenidas en excavaciones en Puerto Rico para un período estimado de 1200-1450 A.D.

Gogging y Rouse consideraron que las piezas halladas cerca de Gainesville junto al hacha datan de 1200 a 1700 A.D., fecha que encaja con la de los artefactos similares de las Antillas.

Los autores también relataron que Nile C. Schaffer, entonces director del Florida State Museum, entrevistó a Sargent, quien aseguró haber hallado el hacha y las otras piezas en un campo arado sin concentración de desperdicios,.

En el verano de 1947 Gogging visitó la región con W. W. Ehrmann y Floyd Newman de la Universidad de Florida e investigaron el único depósito cercano de desperdicios en Prairie Creek, utilizado probablemente por los anteriores pobladores, 50 yardas al norte de donde Sargent dijo haber hallado el hacha.

En esa ocasión fueron encontrados 567 fragmentos de casi todas las formas de cerámica de Florida, además de otros tipos originarios de la cercana Georgia.

Gogging y Rouse descartaron la posibilidad de un error de catalogación del hacha, única de su tipo en la Florida, pues el museo estaba limitado sólo a piezas del estado de la Florida y asimismo constataron que ni Sargent ni sus más cercanos estuvieron en las Antillas.

También establecieron que no existen datos para suponer la colocación del hacha en el lugar del hallazgo en fecha posterior a la de los fragmentos que la acompañaban.

La conclusión de Gogging y Rouse es que el hacha fue probablemente depositada por los indios de la Florida en tiempos prehistóricos y pudo haber sido adquirida mediante el comercio con los indígenas antillanos, primer reporte de este tipo en el sudeste de Estados Unidos.

Actualmente el hacha se encuentra el Florida Museum of Natural History de Gainesville, heredero de los fondos del Florida State Museum y es prueba de la existencia de los contactos tempranos para historiadores como Claudio Saunt, de la Universidad de Georgia.

Aunque se sabe que a partir de 1760 miembros de las tribus creek de Georgia comenzaron a visitar Cuba, en su obra West of the Revolution. An Uncommon History of 1776, Saunt opina que el hacha sugiere la existencia de contactos entre la isla y la Florida mucho antes de esos encuentros.

En opinión de Saunt la falta de pruebas arqueológicas de esos encuentros puede deberse, en parte, a que los objetos de materias orgánicas se desintegran en la región de clima húmedo y suelos ácidos.

Muchos estudiosos consideran que los taínos tenían conocimientos de navegación y embarcaciones capaces de hacer los viajes en una y otra dirección.

Para Saunt parece probable que los pueblos nativos de Cuba y Florida viajaran ocasionalmente, si no regularmente, en las enormes canoas que eran comunes para la región.

En este contexto el hacha hallada cerca de Gainesville y descrita por Gogging y Rouse se mantiene como una de las principales pruebas de los contactos prehispánicos entre pobladores del actual territorio de Estados Unidos y Cuba y el resto del Caribe, por lo menos hasta que se demuestre lo contrario.

Imagen principal:  2friendsfx / Pixabay 

(Nota actualizada en agosto de 2022)

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